Explicaremos la narcosis nitrogenada que ya dijimos es también conocida como Borrachera de las profundidades. Veremos que la narcosis es un fenómeno unido al aumento de la presión del nitrógeno y sus síntomas comienzan a muy poca profundidad.
El título de este post parece repetido del anterior, pero no es así realmente ya que está al revés. En el primer post que hablábamos sobre la narcosis su título era Borrachera de las Profundidades o narcosis. Ahora el título está invertido pues nos centraremos más en la narcosis.
Hemos dicho pero creo que no está de más recordar, que el nitrógeno no interviene en nuestro metabolismo celular y no altera las propiedades químicas del plasma, del líquido extracelular ni el de nuestras células, ya que es un gas inerte, pero es muy soluble en lípidos (grasas).
Cómo se produce la narcosis
Como explicación somera y resumida del mecanismo de producción de la narcosis, diremos que el N2 tiene un elevado coeficiente de solubilidad agua/grasa, por lo que en contacto con la membrana lipídica de las neuronas se disuelve en la misma, provocando su engrosamiento e incrementando el flujo de iones de sodio (Na) y cloro (Cl). El lugar de acción preferente es el sistema nervioso central (el cerebro). Es un órgano muy irrigado y las células nerviosas son células grasas por excelencia.
El efecto narcótico se produce en las sinapsis, que son los contactos nerviosos entre las neuronas. El mecanismo es una interferencia en los procesos electroquímicos necesarios para el intercambio de potencial eléctrico en los botones sinápticos, debido a la variación introducida por el N2 en el potencial de membrana y la consiguiente alteración del normal potencial de iones Sodio (Na), Cloro (Cl) y Potasio (K) a ambos lados de la membrana. Este mecanismo de acción explica muy bien el hecho de que al disminuir la presión se restablezca el correcto intercambio iónico en las sinapsis, por lo que el efecto anestésico desaparece de inmediato.
Hay algunas otras teorías sobre el mecanismo de producción de la narcosis (incluso algunas peregrinas), pero este resumen es el más aceptado y el que mejor satisface este fenómeno.
El fenómeno descrito es físico, no químico, por lo que no hay posibilidad de sustraerse al mismo ni hay medicamentos o comportamientos que eviten su producción. Hablaremos más adelante de factores predisponentes (potenciadores) que agravan la situación o provocan la aparición de síntomas a menor cota. No hablaremos de factores atenuantes por no ser rigurosamente ciertos, aunque la eliminación de un factor potenciador, como por ejemplo la inexperiencia, podría ser considerado como un factor atenuante, consideración ciertamente discutible.
Síntomas de la narcosis
Aunque la narcosis y la borrachera son lo mismo, como hemos dicho, creo que sí es conveniente volver a separar los fenómenos para describir los síntomas, por lo que ahora relacionaremos los relativos a la narcosis, hablando de profundidades menores y síntomas que no ponen en peligro la vida del buceador. Describiremos los efectos narcóticos del nitrógeno a menor profundidad, hasta los 40 metros aproximadamente, insistiendo que son profundidades de referencia pues los síntomas varían de unos buceadores a otros e incluso en un buceador de un momento a otro.
Por ilustrar con un ejemplo, el que un buceador experimente un determinado síntoma a, por ejemplo, -35 metros, no significa que siempre va a experimentar ese síntoma a esa profundidad. Es posible que al día siguiente no lo experimente a -40 metros y que otro día sí. Esa variabilidad me obliga ahora a hablar de los efectos pero sin concretar la profundidad, para evitar precisión en algo que no la tiene. El cerebro es tan complejo que son muchos los factores intervinientes, lo que introduce tales variaciones.
Lo que sí haré es presentar los síntomas de menor a mayor profundidad. Ante todo debemos saber que los síntomas más tenues son detectables a profundidades tan someras como los 15 metros, profundidad a la que bajan los buceadores casi desde sus inicios como practicantes.
Lo primero que se sufre es la pérdida del pensamiento abstracto complejo. Esta pérdida se sufre a muy baja cota. Como ejemplo, el buceador necesita leer el reloj para saber qué hora es. No es suficiente un fugaz vistazo.
Incapacidad para la multiatención. El buceador no puede prestar atención a varias tareas simultáneamente, sino de una en una. La capacidad de velocidad de cambio de atención de una a otra tarea disminuye con la profundidad.
Ya a más profundidad, a partir de unos 30 metros, pueden ocurrir: sensación de ligereza mental, aumento de la confianza en sí mismo, pérdida de la capacidad para el razonamiento fino y euforia discreta o sensación de encontrarse bien.
Hasta aquí son síntomas que vamos a llamar de narcosis, pero no de borrachera pues no implican una pérdida de control tan grave. A medida que los síntomas se agravan, bien porque permanezcamos a esa profundidad de riesgo o bien porque descendamos más, los síntomas merecen estar en una descripción aparte por tratarse de estados que comprometen seriamente la seguridad del buceador y por lo tanto su vida. Estos síntomas los describiremos en la siguiente entrega.
Prevenir la narcosis
Lo siento mucho por todos nosotros pero no existe la prevención. La única forma de evitar el fenómeno de la narcosis es no bucear, pero esto no es lo que queremos, por lo que debemos recordar que estamos expuestos a los síntomas graves a partir de los 40 metros y que no hay “trucos” para detectar la narcosis, ya que lo primero que se pierde es la capacidad de razonamiento fino y de autocrítica. El buceador puede estar realizando una tarea mal y creer que lo está haciendo bien. Si escribe en una tablilla, su escritura es tosca y desmesurada pero él no se percata o cree que no está escribiendo de una forma cómoda
También debemos saber que el riesgo está ahí para cualquier buceador, sea cual sea su experiencia, aunque ciertamente hay algunos factores que parecen favorecer la narcosis por presentar síntomas en mayor medida o a menor profundidad. Dependiendo del factor se llaman factores predisponentes o factores potenciadores.
Se me podría discutir la imposibilidad de la prevención si buceamos respirando mezclas gaseosas distintas al aire, ya que es el aire el que contiene tanto nitrógeno, pero ese argumento es rechazable porque la realidad es que las mezclas que se emplean, nitrox y trimix fundamentalmente, contienen nitrógeno, por lo que la narcosis se produce; aunque, acertadamente debo decir, las mezclas se regulan para disminuir la presión parcial de nitrógeno, con lo que se reduce la narcosis y también, para no alcanzar tal presión parcial de N2, que nos ponga en peligro de sufrir la borrachera de las profundidades.
Factores predisponentes de la narcosis
Se ha comprobado estadísticamente que un individuo delgado está más predispuesto a la narcosis que una persona gruesa; una persona de temperamento nervioso, también estará más predispuesta que una persona de temperamento tranquilo, así como el estrés, la vida agitada o desordenada suponen un factor predisponente para la narcosis. Estos factores, grueso-delgado, nervioso-sereno, etc., son predisponentes, no determinantes, por lo que no puede afirmarse que la persona con factores predisponentes vaya a sufrir la narcosis antes que otra en cualquier inmersión.
Hay otros factores que son sin duda predisponentes, aunque mejor cabría calificarlos como potenciadores de la narcosis, que son: la ingesta de alcohol, iniciar la inmersión con temor o aprensión o el simple hecho de “no encontrarse bien”. Por supuesto, también la descompensación respiratoria, por respiración acelerada, por bloquear la respiración, por esfuerzo muscular, por estrés o miedo… fenómenos que aumentan la producción de CO2 y por lo tanto su tasa.
Se ha comprobado que una mayor tasa de CO2 (lo que se traduce en alteraciones bioquímicas), contribuye de forma poderosa a acentuar la narcosis, muy probablemente por las alteraciones nerviosas que provoca tal incremento, ya que el CO2 es uno de los principales responsables de la regulación de nuestro equilibrio ácido-básico lo que incide directamente en nuestra regulación nerviosa. El mecanismo es demasiado técnico por lo que no tiene cabida aquí, pero baste saber que un incremento de CO2 provoca, entre otras consecuencias, alteración nerviosa.
Es la principal razón por la que debemos actuar siempre despacio y con calma, si tenemos que acudir a auxiliar a un compañero afectado por la narcosis, ya que estamos a la misma profundidad luego a la misma presión, por lo que el esfuerzo o el estrés nos afectarán negativamente.
Para concluir y a título de curiosidad, os comento que hay lugares con cámara hiperbárica en los cuales, si procede, permiten realizar pruebas de narcosis, pero con la seguridad de no estar bajo el agua (estamos en el interior de una cámara hiperbárica) y bajo supervisión. Si a alguno de vosotros, lectores, os surge la ocasión de realizar dicha prueba y os animáis, os sorprenderá el resultado.
Termina aquí este segundo post sobre la narcosis pues como dije en el primero, el total de información que publicaré está dividido en 3 entradas para no aburrir demasiado al lector.
La próxima entrada estará más centrada en lo que conocemos como borrachera de las profundidades y entraré también en descripciones y recomendaciones.
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